Cuando todos suban al mismo tren y tu continúes
esperando el milagro, puede que te equivoques o, tal vez, quieras aprender lo
que es tener decisión propia.
Cuando te digan "te amo" pero existan
“peros” en el proyecto conjunto, ¡ten cuidado!, querer no es amar.
Cuando se olvidan de preguntarte por tu vida y el
“cómo estás”, ¡recuerda!, no son amigos, sólo conocidos.
Cuando la confianza no existe, el llanto es cotidiano
y la angustia es permanente, no hay éxtasis de amor, simplemente obsesión.
Cuando sueñas con crear, te apasiona disfrutar
y tienes en tu mente grandes cambios, ¡hazlo!, mañana tendrás anécdotas para relatar
y fracasos que rectificar.
Cuando pidas perdón que sea de corazón, que se
esfume lo pasado y te enfoques en lo nuevo, enseña a tu mente que el rencor es
repulsivo y genera caos interior.
Cuando escuches intenta ponerte en su piel,
duerme pensando en cómo ayudar, abraza con fuerza de humanidad y sonríe ante
sus éxitos, la vida te dará lo que has cultivado.
Cuando te encuentres con aquellos que se
envuelven y excitan en críticas a los demás, ¡aléjate!, es mejor que te tachen
de “queda bien” a que tu alma se envenene con mensajes inadecuados.
Cuando se vaya y te preguntes el “por qué”,
cuando las flores depositadas en su ataúd sean tu despedida y cuando el vacío
de su ausencia sea camino de dolor, ¡inmortaliza!, nadie muere si se mantiene
intacto en tu interior.
Cuando camines sin sentido e ignorando a los demás,
cuando las direcciones no tienen destino, ¡perpetúa!, eres dueño de tu vida,
propietario de tu timón y jefe de tu tiempo.
Cuando leas un libro quédate con sus frases,
cuando veas la inocencia de un niño comprende que es un don natural, cuando
escuches a un anciano reproduce su ejemplaridad y cuando haya ausencia de luz,
aférrate a tu gente, tus amigos y hallarás nuevas motivaciones.
Cuando te duela el alma por deshonor, cuando
llores por amar y no recibir lo mismo, cuando extrañes lo de ayer, cuando
añores a seres queridos, cierra los ojos, piensa lo que has entregado, cómo lo
has luchado y podrás avanzar sabiendo que has construido.
Cuando pronuncies palabras a los demás, cimienta
puentes de conexión, cuando inspires a otros medita tus acciones, cuando des la
mano procura apretar, siente el coraje y transmite tus fuerzas.
Cuando veas que estás en el lugar equivocado,
que el miedo te cohíbe, la soledad cubre tu alma, ¡retírate!, es sano comenzar
nuevamente, es perfecto enfrentarse a los temores y es correcto alejarse un
tiempo para purificar, curar y regresar con mejor espíritu.
Cuando te emociones de verdad, cuando rías sin
parar, cuando cantes sin saber y cuando corras sin agotarte, simplemente estás
en la mejor etapa de tu vida: ¡renaciendo!
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