lunes, 27 de febrero de 2017

Los ciclos de la naturaleza

No te detengas,
Avanza, prospera, progresa, deja que sea el mismo instinto quién te dé impulso, no importa que no sea lo esperado, mucho menos lo soñado; lo has intentado y detrás de esa desilusión existe una intención… Rompe cadenas, construcciones hechas, tradiciones culturales, pensamientos únicos; vive, experimenta, percibe, reconoce sentimientos, distingue emociones y aprende a evolucionar en cada ciclo de la vida.

Escúchate,
Cierra tus ojos, agudiza los sentidos, siente cómo la música conecta con el alma, cómo el aire ingresa a tu cuerpo y cómo tu mente es capaz de proyectarse, de elevarse y obtener esperanza, recibe la respuesta de tu interior, refuérzala con tus pensamientos y pronúnciala con el lenguaje, eres el artífice de lo creado, el dueño del círculo y el responsable de estar donde estás.

Déjalo ir,
Deja que sea el corazón quién llore su angustia, no le des contestaciones construidas, simplemente déjalo, protégele y arrópalo, las heridas cierran; con lentitud, pero sanan. No profundices en saber si el amor es eterno, duradero, no te autoculpes por su marcha, no retengas al que no te acepta, al que no comprende ni al que no ama desde sus venas, sabrás que el amor es energía, sudor, pasión, creatividad, felicidad y, sobre todo, unión de dos almas que se reconocen hasta en el más absoluto silencio.

Un simple hasta luego,
No más abrazos, no más besos, no más preguntas ni respuestas; tan sólo y llanamente una flor de despedida, una mirada al cielo y un vacío que se transforma en pena, nostalgia, recuerdos, deseos, rezos… un te quiero elevado al más allá, un te necesito impulsado a la eternidad, un no entiendo enfadado con el todopoderoso y un… algún día estaremos dónde sea que el alma descanse…

Un contundente no,
A las críticas que se desvanecen en el argumento, a las personas tóxicas que anteponen su orgullo y soberbia ante la construcción de amistad, cariño y equipo, a los mal nacidos que golpean y manipulan como herramienta de su miserable y más absoluta degeneración humana, a los que son capaces de trepar y llegar al poder olvidándose de dónde vienen, a los que mal gastan sus vidas construyendo historias de otros, a los que creen que rezar es mejor que hacer, a los que se golpean el pecho pero son miserables, avaros y mezquinos.  

Imita,
A las mujeres que nos han parido, a las que batallan, trabajan, son madres, abuelas, energéticamente positivas y luchadoras absolutas. A los hombres que hacen de sus familias ejemplos de unidad, a los padres que aman a sus hijos, a los hijos que reconocen a sus padres, a los hombres que son verdaderos hombres amando a sus mujeres, a la mujer que ama a su hombre, a la mujer que ama a su mujer, al hombre que ama a su hombre. A los hijos que ayudan a sus padres. A los políticos que saben que la política es vocación, que la vocación es servicio, que el servicio es ayuda, que la ayuda es don y que el don es de humanos.

Reconoce,
Las oportunidades que te da la vida, al otro cuando es capaz de superase a sí mismo y a los demás, cuando un gesto es mejor que sus palabras, cuando te has equivocado y no sueles agachar la cabeza, cuando has fracasado, tocado fondo, intentado, pero no superado; te darás cuenta que el reconocimiento es impulso al mejor ser, a la acción causa-efecto y así, la vida es rueda y la rueda es felicidad.

Sueña,
Con lo que deseas, anhelas, proyectas. Con escribir un libro contando tus experiencias, angustias, miedos y qué es para ti la felicidad. Con ser padre- madre y aprender en cada momento, disfrutar en cada etapa. Con un mañana mejor que el ayer, teniendo en cuenta quién eres, cómo eres y lo que quieres. Con dinamismo, voluntad, fuerza, coraje, superación y despierta sabiendo que el sueño pronto será una realidad…

Olvida,
El daño causado, la palabra mal sonante, las acciones ya cometidas y los rencores del pasado. El ayer sufrido, el llanto incomprendido y la soledad en solitariedad. El no hacerlo para volver a caer en lo mismo, el no superarse por recelo al qué dirán, el no hablar por no destacar, el no opinar por vergüenza al preguntarme quién soy, el hacerte pequeño en actitudes que puedes crecer, madurar y hasta triunfar. El no querer por temor a romper estructuras, comodidades y hasta incongruencias en mi interior. El no liberarte por miedo a lo que te han inculcado anteponiendo ideologías y olvidándote que eres humano y que el amor es una gracia, un don, una conexión con lo puramente perfecto.

Siente
El deseo de amar, el propósito de ayudar, el apetito a ser amado, el cariño a recibir, la efusividad en dar, las ganas de escuchar. La necesidad de ofrecer mi mano, extender la solidaridad, llorar con quien llora, reír con quien ríe, empatizar con quien tengo al lado y ser feliz con los demás. La intención de avanzar, lo que tu corazón necesita, lo que tu alma te propone y lo que tu mente te dice. Aquello que el silencio te transmite, el vínculo con la naturaleza, el sonido del mar, el restregar de tus manos. La sangre que corre por tus venas, cada latido de tu corazón, el ritmo de tu vida y el aroma de tu vivir.  

Pregúntate,
Si eres lo que quieres. Si quieres lo que eres. Si deseas lo que tienes. Si tienes lo que soñabas. Si sueñas con ser, avanzar, crear, vivir, potenciar, renacer, luchar, no caer y, sobre todo, sonreír. Si has tocado la felicidad, si has liberado tu espíritu, si has sido capaz de amar sanamente, de llorar justamente, de pedir perdón cuando has fallado, de ayudar cuando era oportuno. Si lo que tienes es porque te lo mereces. Si tienes amigos, personas que aportan y construyen en conjunto.  Si aquello que anhelabas es lo que hoy has fundado, si cierras los ojos y te sientes cómodo contigo mismo, si miras hacia atrás y se dibuja una bonita sonrisa en tu rostro…

Recuérdate,

Amar es un estado. Querer es un sentimiento. Odiar es de torpes. Envidiar es de cobardes. Criticar es oportuno de aquellos que no tienen vida. Decir adiós es propio de los humanos. Altruismo es de buena gente. Aparentar es de hipócritas. Nostalgia es sinónimo de gratuidad. Emocionarse es la conexión con el mundo. Nacer es un milagro. Registrar la vida es de sabios. Morir es natural. 

miércoles, 8 de febrero de 2017

Jamás es tarde, ¡jamás!

Dedicado a un ser muy especial…

Y sí, pueden pasar años, infinidades de motivos y hasta miles de fracasos, pueden brotar lágrimas y marcar el rostro de tristeza, pueden hasta bloquearme y no tener la capacidad de ser quien tenía que haber sido, pero, llegará ese día donde aprenderé a conducir mi propia existencia. ¡jamás es tarde!

Cuando la arena acaricia mis pies, cuando el viento renueva oxígeno y cuando el mar me envuelve en su misterio me doy cuenta que estoy aprendiendo a vivir… Me he olvidado de los años, no sé quién fui, poco me interesa saber quién soy porque hoy, me concentro en el mañana; agotaré mis últimas energías en conocerme y darme los mejores placeres jamás realizados.

Ayer pensaba que ceñirme en tu círculo me daba esperanza de tu cambio, me iluminaba esos arranques de ternura que tenías hacia mí, esos abrazos intensos pidiéndome perdón y el jamás lo repetiré… volvías a quebrantar y clavarme, una vez más, en la misma herida del pasado… y así, mi propia mente buscaba las explicaciones, discutían en lo más profundo de mí y dejaba que otra vez, me encierres en tus caprichos sin sentidos…

Rompen las olas, camino dejando mis pequeñas marcas, se las lleva el mar y quedan en el intento el querer rescatarlas, como si el mismo universo me dijese que es tiempo de orgullo personal, de dignidad, de valentía y de erguirme frente a mí mismo y avanzar, de fijar una meta personal, olvidarme de los miedos y levantarme una y otra vez.

Me ponía detrás, creyendo que tenías siempre la razón, procuraba no darte malos momentos, insistía en atenderte con marca personal, quería y anhelaba tu reconocimiento, deseaba ese cariño y un susurro al oído, imaginaba cómo seríamos en el futuro… La recompensa era la anulación, me sentía el ser humano más pequeño, honré tu vida ante la mía, olvidé mirarme al espejo por agradarte, fueron lágrimas no deseadas, silencios cargados de ira,  súplicas al más allá de que me dijeras un te quiero y hasta un cerrar los ojos sin querer volver a abrirlos.

El viento y la calidez del sol impulsan mi naturaleza humana, estoy capacitado para enfrentarme y caminar por donde quiero y he deseado, reírme sin parar, ya no más miedos ni recelos, ponerme frente a ti, mirarte y decirte que el sendero que hemos transitado ha sido un error y soy dueño de mis pensamientos, hoy; respirando y sintiéndome la persona más libre puedo vociferar que ya no más; que ahora, mi vida es fruto de mi hacer y jamás entregaré la conducción de ella.

La finura de la arena, la bondad de lo creado y el misterio de lo infinito me aferran, me enaltecen y me empujan a la elevación de mi ser; mañana, cuando abra mis ojos y me mire al espejo podré descubrir el brillo que proviene de mi propia alma porque me lo pedía a gritos, imploraba que no la abandonase y que los pensamientos no sean dueños de mis acciones.  

Cierro la puerta a lo que fue. En el olvido queda aquello que no avanzó. Enterrado permanecerá el resquemor y el resentimiento. Ya no habrá dolor en el pecho por lo inalcanzable. Ya no más explicaciones de promesas incumplidas. Apago la luz a la tristeza. Aspiro aquellas migajas de soledad. Despido con absoluta valentía al miedo que me condicionaba y me hacía esclavo de mi propia vida.

Necesitaba este respiro. Saber que no soy uno más en la inmensidad de seres humanos, sino que soy yo; con mi historia y mi experiencia. Esta vez, tengo la llave a la plenitud, observo lo que vendrá, me lanzo a lo nuevo, me olvido del tiempo, agradezco a la misma vida lo que tengo y juro, a mi alma, que seré yo y mis circunstancias…

Deseaba que el viento sacudiera mi rostro, ansiaba reconquistar lo que fui, enamorarme de proyectos, sonreír y escuchar, aconsejar y actuar. No habrá más miedos, tampoco inquietud ni mucho menos dolor.

Soy lo que soy. Pero decido qué querré. Por eso, esta vez, inhalo con fuerzas y vuelvo a empezar.

Y sí, los años pasan, muchos aconsejan, pero necesitaba reencontrarme, percibir a mi alma y, sobre todo, conquistarme.