miércoles, 29 de abril de 2015

Caminas por donde ya han pisado…

Dedicado al Colegio Nacional de Cerrito - Entre Ríos En su 50 Aniversario...  


Allá, por el 1965, un año marcado por importantes acaecimientos internacionales: Estados Unidos realizaba su primer “paseo espacial” con el astronauta Edward White, en Vietnam continuaban los ataques y cada vez más eran las invasiones y muertes, en Berlín se temía que aumentara el número de personas que cruzasen el Muro….

¡Pues sí, allá! hace más de 50 años… en cada rincón del mundo hechos históricos, sociales, políticos y religiosos continuaban con su cauce…

¡Aquí, justo aquí!; en otro contexto social, en un Pueblo de calles de tierra, donde salía aquella mujer con su botella de vidrio para recoger el litro de leche antes que el lechero continuase su camino; donde se iba aquél señor con su carro tirado por dos caballos a entregar la leña antes que caiga la tarde; un lugar donde el tiempo puede modificar tradiciones y costumbres pero no borra aquellos sucesos que marcan y hacen que uno sea uno, que te afirmes, decidas, camines y proyectes.

Decido entrar… me tomo el atrevimiento de inmiscuirme detrás de estos muros… el silencio, el olor, los colores y mi propia imaginación hacen despertar la misma energía de aquellos y aquellas que caminaron por este patio, que atravesaron estas puertas, allí, en aquél banco de madera –destruido por el tiempo- cuántos habrán estado atentos y se habrán girado para hablar con su compañero… de quién será aquella firma aún intacta en ese banco… esos garabatos que en momentos de aislamiento mental, nos dedicábamos a producir… Esas aulas vacías, donde la nostalgia y el recuerdo se hacen visibles sólo por un instante.

Rodeado por el aura eterna del silencio, comienzan a sentirse miles de historias individuales que han pasado por aquí… Proyectos comenzados, algunos que continúan; otros que el tiempo o la vida ha querido interrumpir… historias que se han entremezclados del primer al último año, secretos confesados, peleas construidas, lágrimas por las despedidas y hojas desparramadas por el viento contando al mundo que un año ha acabado… 

Al final, somos seres marcados por esas historias, buenas o malas, pero acontecimientos que hemos experimentados y que estas paredes fueron testigos de ello; algunos más, otros menos… pero aquí han estado, aquí estuvimos.   

¡Pues sí!, porque de la misma manera que en el mundo los sucesos van y vienen, es aquí donde me nace la necesidad de saber qué será de aquellos y aquellas que junto a mí, compartieron esta etapa… Qué habrá sido de aquella historia de amor comenzada en el último año por dos compañeros; qué será de aquél que decidió partir para iniciar otro capítulo a su historia… Al final, somos todos del mismo ovillo, con similitudes y diferencias, más o menos conocidos pero cercanos en el origen y en las pisadas.  

Es como si el tiempo –este que es dueño del destino- me traslada hasta esta imponente fachada, ladrillos vistos, donde de punta a punta para quienes viven en el pueblo lo recuerden: Colegio Nacional de Cerrito… en la rapidez, en el esfumar de una etapa, en el giro de una página ya no eran aquellas paredes amarrillas y con años de historia… Es el tiempo de lo nuevo, lo renovado, esos pasillos amplios y ventanales con sabor a Instituto.

De la misma forma que la primicia es el ahora, que la noticia es lo que transcurre en el instante, en la complejidad de esas historias; historias que a su vez estaban conectadas por aquél o aquellos que dejaban atrás un fin de ciclo… Se cerraba la puerta del entonces Colegio antiguo para dar paso a la nueva generación… Seguía perenne el nombre, continuaban propagando conocimientos y experiencias, esta vez; en el progreso y el avance de un pueblo.

Camino hacia la puerta principal. Puedo reflejarme en sus cristales de acceso, respiro lento y profundamente, es como si el ayer no estuviera dividido por esa cortina lingüística llamada pasado sino que en un simple pestañar puedo sentirme rodeado de todos y todas; experimentar nuevamente el nervio de un examen, la bronca de un profesor, los cinco últimos minutos interminables de una clase y las miles de preguntas interrogativas para que el profesor hable de su vida en vez de la materia…

Me atrevo a subir esas escaleras, el silencio me acompaña, aunque el eco de miles y miles que han pasado por aquí se llega a escuchar, mientras avanzo por tu interior más te dejas observar; justo aquí, donde esperábamos que nos dieran la mejor noticia: pueden irse antes, el profesor no ha podido llegar…. O allí, donde los experimentos químicos intentaban no diluirse en el cubo de cristal, o tal vez allí, donde el piano transmitía sus sonidos y entendíamos que la música también tiene su propia respiración y te entrega un tranquilo y delicado alivio al alma.

Es inevitable que una lágrima no invada tus ojos, cuántos y cuántas, somos un telar con colores diferentes pero salidos de un mismo lugar…
El recuerdo de tus amigos. De los que están, aquellos que te hacían reír, los graciosos, los llenos de suspicacia para inventarse pequeñas historias para crear grandes personajes…

La añoranza de ese tiempo. De los que se han marchado. Aquellos que han apagado la luz de su corazón pero su alma y sus recuerdos nos han dejado…

1965, fuiste efecto de educación. Proyecto de un pueblo. Alegría de los pueblerinos. Fuiste ímpetu de aquellos que decidieron aferrarse a ese ideal, luchar y sacarlo adelante.
1965, construiste historias, oportunidades, abriste caminos, promulgaste que la educación es de todos… Hiciste de aquellos grandes personajes. Realizaste de nosotros interesantes personas. Harás de ellos estupendos y grandes seres.

50 años de vida. Puedes cambiar de lugar, fachada y pintura. Puedes despedir a personas y recibir a nuevas. Inaugurar un acto y apagar la luz hasta el nuevo ciclo lectivo. En tu esencia, en tu historia, en tus años: Que el recuerdo nos mantenga despiertos.

Que sean los del mañana quiénes recojan los frutos que hoy se han sembrado.
Para aquellos que han valorado la profesión de la Enseñanza, Para  aquellos que han iniciado su camino hace 50 años: a ellos: una vela encendida y ¡Gracias!

sábado, 25 de abril de 2015

Cada cuál en su misión

Algunos nacen estrellados. Otros iluminados. Muchos heredados. Pocos triunfadores.

Algunos viven en burbujas. Otros en casitas de cristal exportada. Muchos en cuentos hipotecados. Pocos en una realidad consecuente.

Algunos crecen en la boludez o gilipollez perenne. Otros en la inmadurez o el patetismo. Muchos en la etapa de adolescencia absoluta (por no decir en la eterna ridiculez). Pocos en un sistema que si no te adaptas; te destroza.

Algunos trabajan en lo que aman. Otros experimentan su vocación. Muchos viven para trabajar. Pocos trabajan para vivir.

Algunos disfrutan de los otros. Otros exprimen a algunos.  Muchos soportan a otros. Pocos tienen verdaderos amigos.

Algunos dicen lo que sienten. Otros se callan en el intento. Muchos hablan sin fundamento. Pocos son los valientes.

Un mundo de todos.
Un sistema de algunos.
Una política para pocos.