jueves, 17 de julio de 2014

Cifras espeluznantes



La desigualdad social no procede de una voluntad divina, su origen es el resultado de la propiedad privada y de los abusos de aquellos que se apropian para sí de la riqueza del mundo y de los beneficios privados que derivan de esa apropiación.
Jean Jacques Rousseau


Muchas veces, las comparaciones suelen ser odiosas, despiertan un malestar o una especie de “acidez” estomacal y comienzan a salir de las cuevas aquellos nacionalistas –o acomodados- defendiendo a capa y espada  y justificando las medidas de un gobierno que busca que las diferencias sociales sean claras y totalmente destacadas.

No voy a entrar en el debate si un medio u otro están a favor de un gobierno, si un Grupo es dueño de la “información” y la usa a su conveniencia o si el otro, fiel a sus ideologías donde su único afán es llenar de adjetivos calificativos al “gobierno de turno”. Para esto hay otros, aquellos que se dedican a utilizar el micrófono para mostrar la tapa de un medio y realizar un “bello discurso utilizando el benevolente derecho a réplica”. La política se ha convertido en el arte de objetar lo que otros dicen de “mí”.    

Comenzamos a entrar en ese mundillo, en eso que hiere nuestro orgullo de haber nacido en un determinado territorio y ver cómo un par de “inservibles” destruyen lo que pertenece a cada uno de nosotros.

Que una República gaste más de 930 mil dólares (687 mil euros) de la Administración Federal para gastos de propaganda ya no es inaudito, tampoco fuera de lo común… lo que sí es sorprendente es que, una vez más, a todos nos de absolutamente igual. Que un señor, “alumno” de su Presidenta asigne ese dinero para agitar la bandera de su partido político y que cientos de miles de personas se congreguen en una plaza sosteniendo estas barbaridades como medidas ejemplares es insólito, patético y hasta una “tomadura de pelo”… Pero claro, qué se puede esperar cuando un vice-presidente podría ser acusado por corrupción y aún así, la honorable y bien discípula de Eva Perón, le deja el mando de Presidente de la República Argentina en su ausencia. ¿Se puede esperar algo más?

Sí, se puede…
Por ejemplo que la Representante de todos y todas –como a ella le gusta decir- firme y selle estas aberraciones para una propaganda política cuando una familia de clase social “media” (sus amados obreros y muchachos) tenga un suelo base de 324 euros y apretando el cinturón, una familia normal tenga de gastos 540 euros.

Pero no pasa nada…
Argentina sigue andando. Más pobres. Menos educación. Hospitales sin los abastecimientos necesarios. Una seguridad sólo para la riqueza. Una tierra de algunos. Una Argentina que no aprende, no comprende y sobre todo, que una y otra vez, coloca en el poder a analfabetos sociales, a salvajes que ven “dinero” y se les abren los ojos como cuando un niño desea una golosina.

Actuales son aquellas palabras de Montesquieu: “La libertad política depende de la separación de los poderes…”

Aquella Madre Patria, la que se miraba con tanto orgullo y se aspiraba a ser como ella. Una España donde comienzan a vislumbrarse clases sociales cada vez más dicotómicas. Unos ricos marcados por una ideología y unos pobres, aquellos que apelan hoy, a la caridad humana.  

Qué se puede esperar de una Madre Patria cuando uno, casado con sangre Real, aquella que lleva su Nación por sus venas “opta” por “cubrir” los supuestos delitos de corrupción. Qué más se puede esperar cuando un Jefe de Gobierno no es capaz de escuchar el llamamiento de un pueblo para que la justicia sea igualitaria… Acaso, ¿se puede esperar algo más?

Sí, se puede…  
Una España que intenta mirar a su alrededor. Una España que tiene un sueldo base 645 euros frente a una Alemania cuyo sueldo medio es de 1.217 euros ó a una Francia donde los profesionales comienzan a trabajar con 1.400 euros con jornadas laborales de 35 horas, con subsidios familiares para todos los residentes en Francia con uno o más hijos, con primas por nacimientos y adopción, con subsidios para hijos minusválidos…

Se puede esperar una España que otorga a la Iglesia más de 7 millones de euros anuales a estrellas que se reúnen y, entre el incienso y los mantones de color púrpura, elaboran y debaten teorías sobre el “amor”, la “educación”, los “hijos”, lo que es o no es “permisivo”. Lo que deberían hacer estos “señores” es limpiar su nombre, su marca, su imagen. Qué pasen la aspiradora en su alfombra, más de uno caerá, más de uno debería ser juzgado, ya no con la mano divina, esta vez, con la mano del hombre: con la justicia igualitaria.

Se puede esperar mucho más…
Aprender de aquellos países donde se pone el ojo en lo social, se discute por una ley de educación que tenga futuro, que construya grandes pensadores, que sean bilingües o trilingües. Un país, como Reino Unido donde una pareja gay rellena una solicitud para adopción, donde el Estado evalúa a la familia –si, a la familia- y en menos de 90 días ambos (ellos dos o ellas dos) reciben a su hijo. Un País donde los derechos y deberes de los ciudadanos son claros y no hace falta recordarlos en cada fecha patria. Un País donde la política es antónimo de corrupción y  sobornos.   

Se puede comparar por ejemplo una pequeña República como es Uruguay, donde en 2013 pudo crecer económicamente y sacar a más de 30.000 familias de la pobreza. Simplemente porque los partidos políticos han acentuado sus deberes en la esencia, en lo que el pueblo les ha confiado.  

Parece ser que queda mucho por construir pero sobre todo, darnos cuenta que lo que tenemos allí, en la Casa Rosada y en el Palacio de Moncloa son personajes que deben rendir cuenta a cada uno de nosotros. Que no valen los discursos u oratorias con palabras rimbombantes que vale la verdad, el decir y el hacer: nada más.

Queda mucho por entender, sí, pero comparemos, tenemos la capacidad de pensar –al menos la tenemos-, de discernir y vale más un futuro que un sueldo extra.

Caso contrario, así estamos.
Un país que mira hacia la lejanía. Queriendo imitar a su querida Europa. Llamándonos hijos de inmigrantes, con derechos en otros sitios. Dándonos el lujo de reprochar políticas económicas y sociales de países vecinos, creyéndonos poseedores de una “verdad” que no hay más que mirarla en el día a día. Un País que tolera que en el Poder Ejecutivo se encuentre un señor acusado como “presunto corrupto”. A lo mejor, en otras circunstancias, al día siguiente tendría que haber presentado su dimisión y explicar al pueblo por qué entrega el cargo concedido.

Nos quedamos en la historia.
En aquella potencia que salía a conquistar tierras lejanas. En un País con grandes imperios y sueldos que permitían el placer de vivir “en playas paradisíacas”, en dar el privilegio a que unos puedan estudiar y pertenecer a una elite y otros, sólo realizar cursos. Un País que queda inerte a las medidas económicas dictadas por unos pocos, medias que atañen a todos. Un País que permite que aquél, que debe garantizar la Corona, mientras su herencia nacional se hunde por la crisis, se encuentre tan relajadamente cazando elefantes.   

Un País que permite que se debata aún más y más la ley del aborto (porque compensa a unos pocos) y permite que existan familias que no tienen para darle de comer a sus hijos… Un País que pertenece a la Comunidad Europea.


Es verdad, las comparaciones son tremendamente odiosas, aplastantes y políticamente incorrectas pero algo hay en ellas, despiertan un sentido, un afán. Sino, los reyes de la antigüedad, no hubiesen deseado ser los mejores frente a otros.  

lunes, 14 de julio de 2014

¡Sin duda alguna Alemania es y seguirá siendo la Primera Potencia indiscutible!

Ángela y sus medidas económicas, Ángela y sus medias políticas. ¡Europa a sus pies! Una Reina sin Corona, unos súbditos sin realeza, tan sólo una Republica consistente. 

Alemania tiene lo que ningún país (excepto Inglaterra) posee: eficiencia político-económica, calidad representativa, liderazgo en cada sector. Educación indiscutible, profesionalidad en sus empleados, sueldos acorde a las necesidades primarias de cada familia…


Ángela: Europa te hace la Reverencia… (Excepto Inglaterra – Una Reina no necesita disculparse) simplemente porque te has focalizado en que Alemania sea eso: un País con verdaderos “monstruos de la política”.

Latinoamérica debería mirar para este lado, comenzar -como símbolo de bienvenida- a realizarle una inclinación con la cabeza… y permitirle a la Señora que cruce el charco e imparta conferencias ajustadas a los niveles de aquellos que han sido colocados en puestos de responsabilidad…

A lo mejor, el que sean hoy Campeones Mundiales, nos impulsa a “aprender” de un país que tiene una Líder, un pueblo que responde y que no tolera ni permite el más mínimo error (y esto no es hablar de tolerancia, simplemente de política) 

Quizá, aquellos que en Latinoamérica asumen “puestos políticos” se den cuenta que estar en el Trono es sinónimo de “defender una nación y al más mínimo error sea motivo para dimitir o ser juzgado ante la Justicia: igual que cualquier ciudadano: sin privilegios…


Llegará un día donde aquellos países gobernados por señores bananas y señoras de “Make Up”, alabados o ensalzados por monos, se den cuenta que la ignorancia no hace más que hundirlo en su mismo excremento. Llegará un día en el que los políticos se pongan a trabajar y dejen de “twittear” para ver quién tiene más seguidores en sus redes sociales… llegará (a lo mejor) el día en que el ciudadano de a pié, no se deje engañar que medite y piense en un futuro, donde no le tiemble el pulso en pedir explicaciones si ven fallos y, sobre todo, cuando se trata del dinero de todos… Aunque, un dinero extra a veces, es más tentador…

Llegará el día en que un país normal, como aquél el de Ángela –sí señor, aunque duela y moleste, aunque sea un grano justo al lado del ano- las explicaciones haya que darlas ante todos los ciudadanos. Donde la corrupción sea condenada o donde los pagos en negro sean procesados… Donde aquél, que siendo hijo de, amigo de, sobrino de, yerno de, esposa de… tenga que sentarse en un banquillo como cualquier ciudadano a dar las explicaciones necesarias, que sea juzgado y condenado, sin méritos, sin tributos… porque hasta el momento, seguimos siendo los mismos de siempre: criticar pero tolerar…

Llegará el día donde decidamos quién gobierna y si no ha sido elegido ó elegida (porque da igual el género) NO se te permita leer un discurso que te han redactado para la prensa. Qué no se te de el derecho a decidir porque tampoco el pueblo tuve el derecho a posicionarte donde estás.
Llegará el día donde la política sea una ciencia. Al igual que la medicina, donde un médico debe especializarse y el más mínimo fallo humano provocaría la muerte… Donde un periodista con años de carrera, documentado (y no hijo de “alguien”, famoso por haber salido con “alguien”) sabe que tiene en su poder información y debe proceder con suspicacia e inteligencia … Ese será el día: donde un Político tenga que pasar por exámenes, pruebas, realizar sus propios discursos, hablar y defender, no leer…

Esperemos –así como Ángela Merkel lo ha conseguido- que aquellos pueblos: los que le hacen amén a su Reina Alemana y Latinoamérica: los que asienten que sus gobernantes destruyan –por ideologías y mediocridades del trono- políticas sociales, derechos ciudadanos, aprendamos a elegir. Porque de nada sirve ser de derecha, de izquierda, de centro, de arriba o de abajo si no somos capaces de ver más allá de los pelos de nuestro ombligo: y no hay peor cosa que observar o escuchar a otros “imbéciles” que repiten u opinan sin salir de una burbuja patética… Aunque parece ser, que a la hora de la verdad, los tópicos que más encantan, enamoran y apasionan son: “El aborto es asesinato” “La homosexualidad es enfermedad o denigración humana” “El Papa condena” “La iglesia pide…” y más de lo mismo… Siempre nos metemos en la vida del otro pero cuando se trata de pensar, decidir y velar por los intereses de todos: ahí queda… a la deriva de un mediocre o de una malhumorada.

Llegará el día en que –así, como nos ponemos la camiseta para vivir la pasión del fútbol- nos despertemos, pidamos explicaciones y seamos quiénes tengamos la última palabra…