domingo, 27 de enero de 2013

Señores políticos


A quien corresponda,

Señores de la política. Muy señores míos, antes de comenzar quisiera pedirles disculpas por mi redacción ya que no suelo escribir mucho. Mi profesión es ser mamá y ahora, abuela.

He dado muchas vueltas antes de comenzar a escribir ya que no sé cómo expresar lo que deseo en un papel… Ahí va:

Soy madre de seis hijos, dos mayores y los otros cuatro aún tengo que enseñarles muchas cosas, espero la vida me dé esa oportunidad. También soy abuela de mellizos. Por desgracia mi marido me ha dejado; hace tres años, trabajando para traernos algo de comida, se ha caído desde un edificio en construcción. De aquél día en que mi marido nos dejó ya no sé lo que es ser feliz… Todas las noches lo sigo esperando, miro su foto y le ruego que bendiga a su familia…

 Actualmente me levanto todas las mañanas a las cinco para ir a trabajar. Preparo café, los coloco en termos y en cada parada de autobús intento ganarme un poquito de dinerillo… Hay veces que salgo muy satisfecha, puedo comprar dos barras de pan y la medicación de uno de mis hijos: el menor es asmático. He ido a la seguridad social pero entiendo que todos estén tan ocupados, nunca me han atendido. Claro está que aún hay gente más necesitada que yo.

Luis y María, los dos mayores han dejado sus estudios para ayudarme. Él tiene 19 años y se recorre toda la ciudad en búsqueda de trabajo… Actualmente está trabajando como mecánico. Le pagan por objetivos (así me ha dicho). El dueño del taller le explicó que le paga cuando un cliente sale satisfecho y que los primeros seis meses serán prueba así que no tendrá contrato. ¡Dios quiera le vaya bien y su jefe esté contento!

María tiene 18 años, es la madre de los mellizos de 2 años y sigue buscando trabajo. Su sueño era ser Maestra de niños con problemillas pero no ha podido aunque dijo que cuando tenga trabajo terminará sus estudios. Ahora sigue buscando y criando a sus niños ya que su padre dijo que no estaba preparado y nunca más apareció. La pobre tiene muchos dolores de espalda, al no tener dónde dormir nos apañamos y utilizamos cartones como colchón.

Señores míos, cuando era joven mi madre siempre me decía que tenga muchos hijos, que les dé la mejor educación y los valores de la vida… Cuando nos casamos y al tiempo llegó el primero, tocamos el cielo con las manos, supe que la felicidad es aquello que deseas…

Qué he hecho de injusto para vivir esta cruel realidad. A los 68 años tengo que abandonar mi casa porque no la puedo pagar… Camino más de 15 kilómetros al día para poder ganar 3 euros (a veces nada), escuchar en el silencio de la noche el llanto de mis hijos y las preguntas que no sé qué responder: Mamá, ¿Por qué vivimos así? ¿Por qué comemos sólo pan? Por qué... eso me pregunto yo, por qué.

Señores políticos, sé que su vocación es estar allí… ayudar a todos por igual. Supongo que cada noche al irse a dormir se preguntarán: ¿He hecho las cosas correctas? Sé que aquello que uno sueña de pequeño, que añora de joven se llama vocación. Yo tuve la vocación de ser madre… cada día aprendía, me preocupaba, dejaba mi vida por ellos… porque sabía que el futuro me regalaría grandes personas: con una vitalidad que sólo sus padres pueden empujar a hacer realidad… y es ahí cuando puedes respirar profundamente y decir: gracias..

Poco a poco me apago… La salud no me ayuda, la soledad creo que es la enfermedad que más se apodera de mí… aunque no hay tiempo para llorar, mis energías están puestas cada día en sacar a mi familia adelante.

Vivimos en una casa que no es nuestra… Ni siquiera sé de quién es. Dormimos en colchones que otros ya no utilizaban… Hay una palabra que siempre he escuchado y hoy me hago propietaria: Dignidad.

Señores políticos, hace mucho tiempo que ya no tengo alma. Me he convertido en una mujer sin lágrimas. En una anciana que no se morirá hasta que sus hijos estén preparados para luchar contra una vida que se empecina en dar piedras, troncos y espinas.

Redactaba esta carta para pedirles que cada noche, al irse a dormir, abran sus mentes… piensen que en esta tierra hay muchas Juanas… hay muchas como yo que tenemos hijos, que nos vamos a dormir con el estómago vacío, que somos madres por vocación, al igual que sus mamás…

Señores políticos, si esta carta llega a sus manos recuerden una palabra: Dignidad.  

Muy atentamente,
Juana
Madre de una familia  

P/D: Supongo que ser político es como ser mamá: El tiempo es la dedicación al otro…

jueves, 24 de enero de 2013

Aún...


Aún sigo amándote… He luchado contra todo para olvidarte, imposible.
Muchos son los recuerdos y sentimientos.  He intentado arrancarte pero no puedo.
Ordeno a mi corazón que deje de llorarte pero sigue envejeciendo por ti.
Ruego a la vida me devuelva tu amor y el cielo se apiade de mis plegarias. 

Muchos años han pasado, la esperanza sigo en pie, algún día volveré a tocarte…
Inmortal será mi alma para reencontrarme con tu amor y descansar junto a ti.
Ojalá el destino sea sabio, nos una en el camino, prometo sino desafiar a la muerte.

Regálame un último beso, alimenta mi ilusión, sacia mi sed con tu amor… 
Entrégame tus abrazos, sólo por un instante. Déjame decir un último: ¡Te quiero!
Grandes e infinitas son las gotas de amor que jamás vaciaran a mi alma.
Regálame una palabra, hazme creer que serás para mí… aunque sea: ilusión.
Entrégame tus labios. Seca mis lágrimas esta noche. La soledad será mi amiga.
Sabes que te quise. Que te espero. Que no te olvido. ¿Por qué no has regresado?
Amor mío…
           Caridad te he pedido... 
           Piedad te sigo pidiendo... 
           A lo mejor,  lástima te suplico...    
           Sólo un beso, un abrazo y un último ¡te quiero!
           Aún te espero...