lunes, 11 de marzo de 2013

"Hagan lo que digo... pero no lo que hago"

¿Quiénes son aquellos que se creen dueños y señores de manipular e intentar dirigir la conciencia del hombre…?  Por suerte vivimos en un siglo donde la libertad de pensamiento, la capacidad de decisión y el obrar según el criterio personal ayuda a construir…

¿Quiénes son aquellos que señalan con el dedo imponiendo el fuego eterno llamando “viciosos” y “ani-naturales” a personas que tienen otra opción sexual…?


¿Quiénes son los que detrás de un “vestido” rojo, negro con olor a incienso determinan los “puros” e “impuros” de corazón?

¿Quiénes son esos que arremeten contra una persona que piensa, actúa y siente diferente…? ¿Acaso el amor está sellado por una Escritura hecha a semejanza de una institución…? ¿Acaso el amor depende de una ideología? ¿Acaso el hombre debe pedir autorización para amar?

Quiénes son esos que se toman la libertad de decir a vox populi palabras llenas de ira, odio e incluso con cargas traumáticas contra personas que sienten amor hacia otra del mismo sexo; ¡sí! macho a macho o hembra a hembra… Adán con Adán, Eva con Eva... 

Son los que “predican” el amor al prójimo imponiendo sus ideologías, a sabiendas que detrás de ellos pueden manipular y manejar a su antojo a una pequeña parte de la sociedad… Son quienes no comen carne durante los viernes de cuaresma para rememorar lo que su “antecesor” hizo por “nosotros”… Son quienes piden dinero para elevar una intención al cielo para remover el alma de un ser querido del purgatorio al cielo...  

Son los que “taparon” a cientos y cientos de “señores” con vestidos negros que se aprovecharon de la inocencia de almas pequeñas… personajes que fueron llevado a lo más alto de los altares para ser “venerados” por quienes comparten una aberrante ideología destructiva y separatista. Personas que actúan siguiendo renglón a renglón una escritura manchada de mentiras, traiciones, manipulaciones e intrigas… 

Personas o personajes que saben los 10 mandamientos a la perfección pero a la hora de llevarlo a la práctica es más fácil que hagan lo que digo pero lo que hago... 

Son personajes rodeados de lujos, anillos dorados, palabras rimbombantes pero con escasa mirada a una sociedad que detesta sus discursos medievales. Son señores feudales (término que aún en ellos permanece intacto) que intentan administrar a un pueblo; un pueblo que es libre, carismático, “moderno” y por qué no, metrosexual… 
Un pueblo que no sentencia por condición sexual; un pueblo que evoluciona siguiendo un principio: el altruismo. 
Un pueblo que no lapida a una mujer que, luego de haber sufrido una violación, aborta porque su trauma no la deja vivir… Una mujer que necesita la “mano de todos” y no la espalda de “algunos” con la dura sentencia divina: el infierno.

Son ancianos secos de corazón, desenamorados de la persona humana importando más la ideología y las ansias de poder. Son seres carcomidos por el odio y la soberbia, por lo que ellos llaman: los pecados capitales. 

Son seguidores de estos señores, algunos “fanáticos”, cegados por la moralidad y las virtudes humanas… ¿cuáles?, aún no lo sé… Supongo que para ellos un homosexual no es virtuoso… no tiene “derecho” (porque ellos lo establecen) a entrar en el Reino de los cielos… Una prostituta, que por obligación tiene este trabajo para llevarles a sus tres hijos un plato de comida, no es bienvenida a la Santa morada del Señor. Un divorciado vuelto a casar con una separada jamás podrá (según los sabios señores de la Virtud) llegar a ver la Luz…

Son “fanáticos” dispuestos a dejar lo humano por lo trascendente, lo palpable por lo invisible. Son personas capaces de pedirle perdón a un cura detrás de una pequeña rendija porque han pecado con sus pares pero incapaces de mirar a los ojos y asumir la responsabilidad... porque es más fácil repetir palabras mirando a las nubes y a estatuas ensangrentadas que a la mirada triste de quien tengo al lado… porque es fácil elevar al aire una oración por los más necesitados sabiendo que a las palabras se las lleva el viento, que extender una mano y dar el codo si es necesario…

A lo mejor para ellos soy un pecador, un blasfemo, un ser con el alma viciada, una persona que aún no ha encontrado la luz divina… A lo mejor para los “fanáticos” soy un absoluto hijo del demonio. Puede ser… algún día, en el más allá, pagaré lo que sea necesario, quemándome en el fuego del infierno junto a los ángeles caídos.

Seguirán siendo señores con vestidos de colores (según su estatus), fanáticos, seguidores de pura ideología… Algunos algo liberales (los menos y más silenciados); otros más ortodoxos (firmes con las Escrituras y la Tradición)… Mientras haya extremo habrá vida.

Seguiremos siendo críticos, amantes de las verdades, capaces de aceptar, de tolerar pero jamás de callar… Alzaremos la voz cuando se ofenda porque una Institución también debe respetar la libertad de los otros… ¡Eso que quede más que claro!