Dedicado a todas aquellas personas que en estos días
desearían poder reescribir la historia…. Aquellas personas que han perdido a un
ser amado.
No puedo… avanzo
y las piernas ya no responden, me pesa el cuerpo, me consumo por fuera… es tan
grande el vacío, tan profundo y doloroso que hasta me impide respirar… aprieta
mis pulmones, me agacho en los rincones y necesito llorar, traerte a mi memoria
y enfadarme con la vida…
Cómo has podido abandonarme
así, sin más… Esta casa sin ti no tiene sentido, mi vida sin ti no tiene
futuro. Este lugar es nuestro, me acurruco en la cama, aprieto tu almohada,
respiro y siento aún, tu olor… Rezo, hablo, te suplico a ti y a todos los
santos que por favor, por favor, sólo déjenme decirle adiós…
Qué soledad más
oscura… qué tristeza más dolorosa… me muero día a día, me consumo en los
recuerdos, me ahogo en el ayer y no quiero despertar.
El silencio de la
casa entremezclado con cada golpe que da aquél reloj, un sonido casi apagado y
que por momentos, parece que desea detenerse…
No puedo… lo he
intentado, lo intento… pero no, me faltas tú, amor eterno, nos juramos compañía
pero jamás, nunca jamás nadie me dijo que te irías así, sin decirme ni siquiera
adiós. Me he entregado en cuerpo y alma, eras mi mitad, mi vitalidad se
entremezclaba con la tuya; éramos amigos, pareja, novios, amantes, fieles, el
uno para el otro…
Estas paredes,
los cuadros, la cama… todo en absoluto desierto. Camino por cada rincón y aún,
siento que respiras. Me iba a la cama, me arropabas y eras tú quien apagaba la
luz, nos decíamos hasta mañana sabiendo que un nuevo día comenzaba… Cierro los
ojos con fuerza, intentando sentir que todo esto es un sueño, un terrible sueño…
pero no, la realidad es que te has ido;
la realidad es que aquella mañana, como tantas, fui a la cocina, preparé tus
tan amadas tostadas y el té, abrí las cortinas, dejé que el sol me de calidez
en la cara y fui a buscarte…
Sólo me queda el
feliz recuerdo de haberte conocido, los años compartidos, las fotografías, la
juventud plasmada en blanco y negro. Si pudiese detener el tiempo… volver a
escribir el destino… por qué no me has dejado despedirte…
Qué pena más
grande, una tristeza que morirá conmigo. Un dolor inmenso tan difícil de
explicar… aquellos que dicen que el tiempo cura creo no han acertado con el
remedio… sólo reunirme contigo, volver a abrazarte, reír juntos y acurrucarme a
tu lado, eso sería vitamina para el alma, renacer contigo.
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