Querida
vida,
He
decidido escribirte estas líneas porque algunos dicen que las palabras escritas
son eternas y, que a las palabras pronunciadas se las lleva el viento. Quiero contarte
todo aquello que tengo reservado en lo más profundo de mi alma, abrir cada
cajón; cada rincón y escribir, tan sólo garabatear… A lo mejor, esto que
escribo, algún día, lo vuelva a leer, se lo pueda mostrar a mis hijos, a
quiénes comparten las mismas ilusiones, emociones y sentimientos y, tal vez,
tengas una respuesta para que pueda seguir por este camino de vueltas y más
vueltas.
Me
han contado que el día en que nací ha sido el día más maravilloso de mis
padres, que has sido tú la que les has regalado mi presencia, así como mis
primeros pasos y tantas cosas que de niño he hecho y que para ellos era motivo
de alegría y felicidad… Es verdad, también he sido partícipe de esas alegrías,
porque al final, lo que tú siempre has enviado han sido paquetes que contenían felicidad,
ilusión y ganas de seguir disfrutando.
Pero
mi querida y bien preciada vida, tengo que hacerte preguntas y ojalá, algún día
puedas responderme… Seguiré, hasta el fin de mis días esperando a que el
cartero traiga una carta de tu puño y letra.
Por
qué cuando alguien se nos iba, cuando abandonaba este círculo y el vacío era el
dueño de ese espacio que nada ni nadie podrá jamás cubrir; cuando el camino
para otros se comenzaba a volver más estrecho y ya nada se podía hacer, cuando
un “instante” se ha convertido en el protagonista principal de la historia más
triste que nos toca atravesar; los sabios mayores decían: “así es la vida”…
Por
qué has permitido que un niño tan indefenso tenga que enfrentarse a la ausencia
de felicidad, de sueños por cumplir y de ilusiones infantiles… por qué un
muñeco de trapo fue reemplazado tan rápidamente por un pañuelo para secar tantas
lágrimas; por qué un señor de rojo que entraba por la chimenea le dejaba
regalos a tantos y tantos y este niño sólo recibía un libro de oraciones para
rezar por aquellos indefensos; los sabías mayores decían: “así es la vida”…
Por
qué en la etapa que iba creciendo, madurando, amoldándome a las cosas que me
rodeaban, dándome cuenta de lo importante que era para muchos y esos muchos cuán
importantes eran para mí… y dándome cuenta cómo un girasol comienza a ser girasol
cuando una mano siembra una semilla, nace su raíz para convertirse en planta y
ser la dueña de sí misma, sabiendo que al mirar al sol podrá abrirse y vivir… Por
qué en esa etapa tuve que aprender a caminar sólo y madurar sin ser adulto,
decidir sin ser capaz de distinguir la sal del azúcar.
Cuántos
porqués… Tantas preguntas con una única respuesta: “así es la vida”… Pero
claro, al escuchar eso de aquellos sabios mayores, no había cuestionamientos,
sólo seguir por el camino correcto y seguir esperando que alguien sea el
cartero que diga: carta de la vida.
Aquí
estoy, una vez más, contemplando este infinito universo donde la nada se hace
mundo y donde el mundo, en su inmensidad se hace individual, donde las
preguntas comienzan a tener respuestas y donde aquello que ha sido doloroso se
transforma en sabiduría, donde las lágrimas del ayer han sido el crecimiento
oportuno de hoy…
Aquí
estoy, pero esta vez ya no esperando una carta cuyo remitente seas tú… Ha
tenido que pasar mucho tiempo para darme cuenta de las inmensas oportunidades
que me has brindado… y que el éxito no es la facilidad ni la respuesta dada,
sino al contrario, es buscar, encontrar e interpretar…
Cuando
he abierto mi propio sobre y he leído lo que yo mismo me decía, he tenido el momento
más inolvidable de mi existir… He tenido imágenes, recuerdos, sensaciones y
todo lo experimentado… y ahí estaba la respuesta, siempre estuvo pero claro, no
lograba hacer lo que me pedias… ¡vive!
Eso
era lo que decías… tantos años han tenido que pasar, tantas generaciones y
tanto camino he tenido que recorrer para entender de lo tan significativo que
es la respuesta: ¡vive!
Cuán
importante fue aquél girasol: aprender a sobrevivir cada día buscando su máxima
energía, el sol.
Porque
cada respuesta siempre ha estado conectada con la pluralidad y con la
positividad… vive, aprende de eso y enseña a vivir… Que ninguna lágrima sea en
vano, llora cuando se van, llora por su ausencia pero que sepas que nunca te ha
dejado… mientras lo tengas en lo más íntimo de tu vida, más está presente…
porque ninguna luz se apaga sin que tú mismo la soples. Claro que duele, porque
el vacío duele, el no “estar” entristece pero el saber que la vida se ha
compartido enorgullece…
Vive,
aprende de eso y enseña a vivir… Que nunca se te olvide el extender y dar la mano
al otro… transmite tus energías y que sienta el calor de tus manos, comunica y
entrega tus experiencias sino seguiremos en el mundo del avaro y del mezquino.
No
tengas dudas en ayudar a quien lo necesita, en entregar tu corazón y tu disponibilidad…
Siembra, riega y los frutos que darás te llenaran de satisfacción, emoción e
ilusión.
Vive,
aprende de eso y enseña a vivir… Nunca esperes el cartero para la respuesta de
tu vida. Eres tú el que tiene para cada situación, cada experiencia y cada
momento la magia para actuar…
Nadie
le dijo al girasol que mire al sol para vivir…
No hay comentarios:
Publicar un comentario