viernes, 3 de junio de 2011

¡Si supieras!

Cuesta entender, duele comprender y darse cuenta que ayer estabas que te he visto sonreír, gritar, darme esos sabios consejos y yo, muy testarudo y con carácter - casi igual al tuyo-, salía malhumorado e intentaba ignorarte…

Hoy siento el vacío más vacío que la vida me ha presentado… algo que no puedo expresar pero sí vivenciar… levantarme duele, acostarme lastima; caminar y hablar; todo me duele… la vida me duele… Tu ausencia me duele.

No hay palabras ni frases hechas ni eufemismos que calmen y tranquilicen lo que mi corazón está atravesando… El destino, la vida, la naturaleza, el nacer y el morir…

¡Si supieras! ¡No sé, a lo mejor sí!, que al mirar el cielo, al descansar mi mirada en ese mar que no tiene fin, al caminar y llevar conmigo tu imagen; te busco, te hablo… a lo mejor sí lo sabes. Me has dejado vacío, te pienso y mis ojos se llenan de lágrimas, te recuerdo y algo dentro de mí no entiende, no comprende y no acepta…

Intento, cada noche arroparte y atraerte y que aquella sonrisa y mirada no se me escabullen en mis pensamientos sino que sean el presente, el instante y se eternicen en mi andar cotidiano… Nuevamente despierto y mi alma no se cura de tu inaudita ausencia… y me pregunta, una y otra vez, ¿por qué tan amargo y doloroso tiene que ser el paso por la vida? ¿Por qué has dicho “hasta mañana” y ha sido un “hasta nunca”?

¡Si supieras! Lo que te he querido, lo que he aprendido y he heredado de tu paso por esta vida… Pensaba decírtelo, contarte mis andanzas, soñaba con estar a tu lado, compartir alegrías, tristezas, fracasos y abrazos, ¡sí!, esos abrazos que eran espontáneos y daban vitalidad y energía para crecer amado.

Algunos dicen que el tiempo cura y que el dolor se asienta en lo más profundo de nuestro ser… Si pudiese, sólo por un instante girar el reloj y volverlo a aquellas épocas donde reinaba la alegría y la felicidad; si pudiese ser el ladrón del tiempo y robar las agujas eternas para hacerlas humanas, te juro que lo haría… Es que tengo cosas para contarte, muchos abrazos que no he podido darte y que veas, cómo la vida me encauzado, cómo me han marcado aquellos consejos que de niño ignoraba y no aceptaba.

¡Si supieras! Por más que el tiempo se encargue de cubrir con sus instantes lo pasado, que cada día te hablo, te cuento, te recuerdo, sonrío e intento imitarte… Que en mis despertares te digo “buenos días” y en mis noches jamás dejo que te vayas…

Es verdad… ya no reniego ni culpo a la vida por tu ausencia. Ya no está vacío mi interior porque he colocado recuerdo tras recuerdo, todos catalogados y fáciles de encontrar… He logrado entender, con palabras más o palabras menos, aquello que me has transmitido: cuánto más quiero y más bien hago, más me acerco a tu corazón… ¡y lo sabes!

2 comentarios:

  1. Me ha gustado, pero sobre todo me ha emocionado..y me ha hecho sentir y pensar que aunque no sea la misma situación y no tuviera nada que ver con lo que a mí me ha hecho pensar que es, refleja lo que siento y me gustaría ser capaz de escribirlo y contarlo asi de bonito.
    Gracias.
    María

    ResponderEliminar
  2. Sinto un mixto de dolor y un aperto en el pecho por lo que he leído... Que transparencia de sentimientos, a cada palabra se te siente, a cada palabra me haces sentir la importancia de valorar a cada dia a aquellos que amamos... Pero tambien siento un orgullo imenso por te haber conocido y por ter un amigo como tu en mi vida... Eres una persona muy especial y estoy segura que onde quer que esté tu padre sentirá un orgullo más grande que el mar que miras por tener un hijo como tu Omar... Eres una persona única!!!! Un texto lindo... Miles de besitos... Giz*

    ResponderEliminar